sábado, 4 de junio de 2011

Fra Angelico



Pintor italiano de principios del renacimiento que supo combinar la vida de fraile
dominico con la de pintor consumado. Fue llamado Angelico y también Beato por
su temática religiosa, la serenidad de sus obras y porque era un hombre de extraordinaria
devoción. Nació en Vicchio, Toscana, y su verdadero nombre era el de Guido di
Pietro. En 1418 ingresó en un convento dominico en Fiesole y alrededor de 1425
se convirtió en fraile de la orden con el nombre de Giovanni da Fiesole. Aunque
se desconoce quién fue su maestro, se cree que comenzó su carrera artística
como iluminador de misales y otros libros religiosos. Después empezó a pintar
retablos y tablas. Entre las obras importantes de sus comienzos se cuentan la
Madonna de la estrella (c. 1428-1433, San Marcos, Florencia) y Cristo en la
gloria rodeado de santos y de ángeles (National Gallery, Londres) donde
aparecen pintadas más de 250 figuras diferentes. También a ese periodo
pertenecen dos obras tituladas La coronación de la Virgen (San Marcos y Museo
del Louvre, París) y El juicio universal (San Marcos). La madurez de su estilo
se aprecia por primera vez en la Madonna dei Linaioli (1433, San Marcos) en
donde pinta una serie de doce ángeles tocando instrumentos musicales. En 1436,
los dominicos de Fiesole se trasladaron al convento de San Marcos de Florencia
que acababa de ser reconstruido por Michelozzo. Fra Angelico, sirviéndose a
veces de ayudantes, pintó numerosos frescos en el claustro, la sala capitular y
las entradas a las veinte celdas de los frailes de los corredores superiores.
Los más impresionantes son La crucifixión, Cristo peregrino y La
transfiguración. El retablo que hizo para San Marcos (c. 1439) es una de las
primeras representaciones de lo que se conoce como conversación sacra: la
Virgen acompañada de ángeles y santos que parecen compartir un espacio común.

En 1445, Fra Angelico fue llamado a Roma por el papa Eugenio IV para pintar
unos frescos en la capilla del Sacramento del Vaticano, hoy desaparecida. En
1447, pintó los frescos de la catedral de Orvieto junto con su discípulo
Benozzo Gozzoli. Sus últimas obras importantes, los frescos realizados en el
Vaticano para decorar la capilla del papa Nicolás V, representan episodios de
las Vidas de san Lorenzo y de san Esteban (1447-1449), y probablemente hayan
sido pintados por ayudantes a partir de diseños del maestro. Desde 1449 hasta
1452, Fra Angelico fue el prior de su convento de Fiesole. Murió en el convento
dominico de Roma el 18 de marzo de 1455. Fra Angelico combinó la elegancia
decorativa del gótico, de Gentile da Fabriano, con el estilo más realista de
otros maestros del renacimiento como el pintor Masaccio y los escultores
Ghiberti y Donatello, que trabajaban en Florencia, y aplicó también las teorías
sobre la perspectiva de Leon Battista Alberti. Las expresiones de devoción en
los rostros son muy logradas, así como la utilización del color que consigue
dar mayor intensidad emotiva a la obra. Su maestría en la creación de figuras
monumentales, en la representación del movimiento y en la capacidad para crear
planos de profundidad a través de la perspectiva lineal, especialmente en los
frescos realizados en Roma, lo confirman como uno de los pintores más
importantes del primer renacimiento. En el Museo del Prado de Madrid se
conserva una de sus obras más representativas: La Anunciación (1430-1432) realizada
para el convento dominico de Fiesde.


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